Por Alejandro Montbrun
Mientras la minera Vale Do Río Doce intenta instalarse
en Villa Yacanto de Calamuchita, se produce el fenómeno de alineaciones a favor
y en contra del emprendimiento.
El legislador departamental Carlos Alesandri intenta
ensombrecer su apoyo al proyecto. Es que no quiere pagar el costo de apoyar
explícitamente aunque se vislumbra que es decididamente el promotor encubierto del
mismo. Hoy, su discurso intenta atacar a la oposición a la minera, pero más que
un debate serio sobre el tema el embalseño busca “enroscar la víbora” a través
de tres pobres argumentos:
1)
Minimizar
el impacto de la explotación Minera:
Alesandri ha dicho que ya existen muchísimas minas en Calamuchita. Esto es
cierto pero hay que mencionar “un
pequeño detalle”: está comparando micro emprendimientos instalados en zonas no turísticas, con el proyecto de
la minera más grande de Sudamérica y la segunda más grande del mundo.
Seguramente la Vale do Rio Duce no vendrá para hacer un trabajo artesanal en la
parte turística de nuestro Valle. Para tomar dimensión de las proporciones del
gigante que quiere hacer pie en nuestra zona solo hay que ver sus números: en
2011 Vale Do Rio Doce facturó 60.000 millones de dólares y obtuvo
beneficios por unos 30.000 millones de dólares.
2)
Defenestrar
al intendente de Yacanto: Lo acusa de practicar nepotismo (gobernar con
familiares) en el pueblo. Aquí el
legislador podrá hacer todos los ataques que quiera, verdaderamente en nada
contribuye al debate sobre la cuestión
minera con el agravante que Alesandri es un fiel expositor del nepotismo local,
a saber: Federico Alesandri ( su hijo), estuvo a cargo del plan provincial de
manejo de fuego manejando un presupuesto millonario y desde allí paso luego a la
intendencia de Embalse, Mirta Baldi
( su esposa) fue secretaria privada de Olga Ruitort en la Secretaría General de la Gobernación y luego fue concejala
de Embalse. José Alesandri (su hermano)
fue funcionario de la Lotería y Casinos de la Provincia y Ana Baldi (su cuñada) fue Subdirectora de Jurisdicción de Relaciones con Comunidades de la
Dirección de Comunidades Regionales y Desarrollo.
3)
Sostener que las leyes provinciales cuidaran del correcto funcionamiento
de la nueva mina: Ya hay antecedentes de sobra para saber que una vez
instalados estas trasnacionales no permiten ningún control dentro de su territorio. Se convierten en
verdaderos enclaves coloniales con sus reglas. Sin sindicatos, sin horarios,
sin controles de ningún tipo.
En fin, la táctica es quitarle jurisdicción a Yacanto para
instalar la mina. Si encuentra estas argumentaciones en el discurso del
legislador y Presidente de la Comunidad Regional Calamuchita tenga cuidado de
no comprar el discurso porque en
realidad le quieren “enroscar la víbora”.